Jazz y Cine - Swing

Por Tony Dawn

El director de esta película es Tony Gatlif de origen gitano, cuya vida fue sorprendente, ya que no sabía leer ni escribir y aun así se dedica al teatro, aprendiéndose los textos de memoria. Aquí rinde un homenaje a la figura de Django y para ello ha desarrollado la historia con múltiples referencias a las vidas de ambos, en la que incluye la hospitalidad y las relaciones entre sus gentes, utilizando como vehículo la música. El desarrollo de la misma lo realiza a través de los ojos de un niño, a la sazón rubio y con rasgos poco gitanos, que quiere aprender a tocar la guitarra manouche (relacionada con los gitanos que hablan francés).
Nada más iniciarse la película, podemos disfrutar de las composiciones de Tchawolo Schmitt y Mandino Reinhardt, familia gitana que actúan y graban juntos, aunque su discografía no es muy amplia. Ellos siguen los pasos del jazz “manouche” que interpretaba Django y el Hot Quintet, en el que estaba Stephane Grapelli. Por cierto que hay que subrayar que Gatlif también interviene como músico.
Las escenas de un hombre que camina entre lo que parece ser el almacén de una serrería, permite escuchar unos acordes de guitarra a los que pronto se incorpora el violín para envolvernos en el recuerdo de la música del Hot Quintet de Francia. La melodía continua mientras los títulos de presentación van pasando por la pantalla. Posteriormente mientras la acción continúa no volvemos a escuchar música hasta que el protagonista acude a un bar donde su maestro está interpretando una melodía muy al estilo Django.

La incorporación a la vida libre del protagonista con otros niños gitanos está subrayada por una melodía que tiene relación con el flamenco, para dar paso posterior a una fiesta en la que se interpreta el himno gitano “Kale Yaca” (“Ojos negros”). Sigue la música durante una reunión con la interpretación de una especie de canción árabe, con danza del vientre y un ritmo más percusivo. Durante los posteriores desplazamientos se escucha música árabe, saliendo de la casette del coche, terminando con variaciones e improvisaciones sobre la melodía “Ojos negros” utilizando un laúd isabelino y la guitarra.
Las imágenes bucólicas que representan el sentido de libertad y de amistad van siempre acompañadas por la música de jazz manouche, que en un momento dado se trasforman en una canción árabe cantada a capela sobre la tristeza de la separación. Es la nostalgia de los recuerdos de las dificultades que tuvieron durante la huida de Rumania durante la guerra. Recuerdos acompañados de imágenes de antiguos carros y fotos de Django, mezclados con una canción llena de sentimientos interpretada por guitarras acústicas.
Django era analfabeto, aunque tenía una gran memoria auditiva, lo que le permitió aprender a tocar el banjo y la guitarra por si mismo. La manera que tenía de aprender las canciones utilizando un gramófono y sus discos, es reflejada e interpretada por el maestro en la película que las escucha de la misma manera, intentando acompañarlas con los acordes de su guitarra. De esta manera es como la mayoría de guitarristas gitanos aprende las melodías y las incorpora a su repertorio. Ensayos que seguimos escuchando mientras los jóvenes protagonistas llevan el gramófono a la caravana.
Mas tarde se nos presentan unas divertidas escenas de los ensayos del coro y el violín para presentarse al concurso de música femenino que van acompañadas por el propio sonido de los músicos que van a intervenir en dicho concurso, hasta llegar al ensayo general donde a la interpretación coral de un tema cantado en árabe se le incorporan melodías de jazz muy en la línea Grapelli y Django. Algo absolutamente impensable, pero lleno de ingenuidad, intensidad y armonía, que suena muy bien.
Un magnifico montaje fotográfico de guitarra y sol permite escuchar un sonido percusivo con guitarra de fondo, mientras las imágenes van sobrevolando los campos que subrayan la libertad de los espíritus gitanos como tributo y recuerdo a Django.
El final del verano y la separación de los jóvenes son imágenes que permiten incorporar nuevamente la triste canción árabe cantada a capela.
Para escuchar esta banda sonora es aconsejable seguir las instrucciones que el maestro le da al alumno durante las clases: No te enseño a tocar música con los ojos sino con el oído y el corazón.

Fuente: http://www.loqueyotediga.net/foro/viewtopic.php?p=116429&sid=3a98234219455d5b0fa268e411bcc069

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